Los niños son excelentes imitadores, incluso durante los
primeros meses de vida, los infantes pueden remedar las
expresiones faciales de las personas que los cuidan. Los
niños aprenden a comer, vestirse, utilizar el sanitario e
interactuan con los demás. Gracias a que sus padres y
otras personas constantemente les muestran como se hacen esas
cosas; los niños no son especialmente selectivos en lo que
imitan, a muchísimos padres se les recomienda que cuiden
su vocabulario cuando sus pequeños de tres años
dicen una mala palabra en un momento de frustración. A
veces parece como si nada escapara a la atención de los
niños pequeños, aunque la imitación no es el
único mecanismo de aprendizaje que
tienen los niños, es el primero y sienta las bases de
aprendizaje futura. Como los niños imitan permanentemente
a la gente que los rodea, es lógico que también
imiten a las personas que ven en la televisión o en el
cine.
Los niños pequeños no son los
únicos que imitan a los personajes de la pantalla, parece
que en la actualidad muchos adolescentes
hicieran sus compras en las
mismas tiendas. A lo largo de la vida imitamos a los demás
para aprender cosas nuevas y reforzar nuestra identidad con
un grupo
particular. Con cierta frecuencia se oyen historias acerca de
niños que terminan trágicamente, al imitar
algún personaje que han visto en los medios de
comunicación ejemplo, un niño de cinco años
que le prendió fuego a su casa y causó la muerte de
su hermana de dos años, después de haber visto un
episodio de dos pre-adolescentes estúpidos que disfrutan
realizando actividades antisociales; un grupo de
adolescentes que causó un accidente al imitar la escena de
una película en el cual varios jóvenes demuestran
su valor
acostándose sobre una autopista; un niño de trece
años que se disparó en la cabeza mientras estaba
jugando a la ruleta rusa que había visto en una
película. Todas estas historias son trágicas pero
afortunadamente no se presentan a menudo.
Es evidente que la mayor parte de los niños no
imitan tan fácilmente lo que ven en la pantalla, de la
gran cantidad de conductas, imágenes, actitudes y
valores a los cuales están expuestos, los niños
escogen solamente algunos. Cuando se sienten frustrados, algunos
niños lloran en un rincón, otros dan patadas y
golpes, y otros toman con calma su frustración.
En cuanto a los efectos que produce en los niños
la violencia que
muestran los medios de comunicación, si la
imitación fuera la única forma de aprendizaje o lo
fundamental, la guía de televisión de hoy
serviría para predecir los titulares del
mañana.
Como ejemplo tenemos que en 1960 Alberto Bandura
realizó en la universidad de
Stanford una de las primeras investigaciones
acerca de los medios de comunicación. Durante más
de tres decenios Bandura ha estudiado la manera en que los
niños construyen su identidad a
partir de la gama de posibilidades que tienen; su trabajo inicial
se centró en las circunstancias que contribuyen a que los
niños se vuelvan más agresivos cuando observan
conductas agresivas.
Sus experimentos con
muñecos son clásicos en psicología y han
ayudado a identificar los mecanismos que intervienen en el aprendizaje,
cuando los niños observan actos de violencias en los medio
de comunicación.
El muñeco utilizado por Bandura llamado "BOBO",
es un gran payaso inflable que rebota y nunca se cae cuando es
golpeado, en un experimento Bandura dividió a niños
de jardín infantil en tres grupos: un grupo control (el cual
no toma parte en el experimento) y dos grupos experimentales. Al
principio todos los niños se reunieron en un salón
de juguetes atractivos. Luego a los niños del grupo
control los
sacaron del salón, uno de los grupos experimentales
observo una secuencia en un televisor simulado así
describe Bandura lo que los niños vieron, la
película comenzó con una escena en la que un modelo un
hombre adulto se dirigía a un muñeco "BOBO" de plástico del tamaño de un adulto para ordenarle que
se retirara de ahí; después de mirar con ira
durante un momento a su oponente, que no le obedecía, el
modelo
exhibió cuatro conductas agresivas novedosas y
acompaño cada una con una verbalización
distinta.
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